‘Merli’ (2015-2018): La excelencia de la sencillez

‘Merli’ (2015-2018) es una de las series más completas realizada en la televisión convencional, entendiendo por televisión convencional la que sigue programando linealmente sus programas.

Sin duda esta producción de TV3 ha sido un gran éxito gracias a la distribución internacional a través de Netflix, pero es algo que se veía venir si sabemos que reunió a más de medio millón de catalanes de media en su cita semanal los lunes marcando un share medio del 18,5%. Esto datos de audiencia son sin duda para la televisión lineal un éxito.

Y es de eso de lo que debe estar orgulloso su creador, Héctor Lozano, que con la sencillez de una serie cotidiana con historias reales y un gran transfondo filosófico ha conseguido una serie brillante.

El equipo de guion que lidera Lozano es muy generoso cuando le da al espectador las historias que se desarrollan en torno al Institut Àngel Guimerà y a su protagonista Merli, protagonizado por Franscesc Orella.

Cada episodio que lleva el título de una corriente filosófica o de algún/a autor/a relevante en la filosofía nos adentra en un universo completamente cotidiano y nos acerca a la realidad de la función de la filosofía, que con milenios de historia sigue respondiendo cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje.

Con todo ello la serie nos lleva a la realidad de un instituto de Barcelona durante los años 2015-2018, dónde los problemas de los protagonistas son los que nos podrían pasar a cualquiera de los espectadores: la perdida o enfermedad de alguien querido, la necesidad de convivir con la familia, la escasez de trabajo, las dificultades de la clase obrera. A la vez que se van tocando estas tramas argumentales de cada temporada, incluso alguna es de las tres temporadas, la serie nos sorprende con tramas capitulares unidas a las realidades contemporáneas solucionándolas con las cuestiones filosóficas que llevan por título.

Además este proyecto no solamente ha sido brillante, bajo mi punto de vista, teniendo uno de los mejores guiones de cualquier serie producida en España, sino que ha sido la cuna de muchos actores catalanes que ahora están triunfando internacionalmente. I de eso sabe mucho Carlos Cuevas, Pol Rubio en la ficción, que a pesar de vivir una pequeña ola con la emisión de Merlí en TV3, ha visto como su nombre se ha encumbrado en lationamerica por su distribución a través de Netflix.

La cotidianidad y el realismo de los guiones se ve reflejada en todos los aspectos de la serie, desde el vestuario hasta el montaje pasando por la BSO y llegando a cada uno de los departamentos creativos implicados. Es por eso que me gusta remarcar que ‘Merli’ (2015-2018) es la excelencia de la sencillez en su conjunto.

La serie sorprende con una apuesta diferente de como afrontar un final a un proyecto de tres temporadas, cuarenta episodios y muchos temas cuestionados tras todos esos paseos por el Àngel Guimerà y a Barcelona contemporánea junto a los alumnos de Merli Bergeron. Unos largos paseos y amplias reflexiones como buenos peripatéticos de los que seguro el magnífico, a la vez que irritante, Bergeron estaría orgulloso.

Tanta ha sido la repercusión que con la serie bien cerrada, Movistar+ apostó por un spin off del propio Pol Rubio y su paso por la Universitat de Barcelona (del la que hablaremos en otro post ya que son proyectos hermanos pero independientes).

En definitiva, creo que ‘Merlí’ (2015-2018) debería ser una serie de obligado visionado para todos los que quieran aprender un poco más de la vida en general. Y no estaría de más que algunos se aplicaran a su vida muchas de las lecciones del profesor que ha hecho trempar a todo un instituto y a miles de espectadores en todo el mundo.