Delta. El proceso. V

V

Se escuchaba desde hacía unos minutos por toda la ciudad y todo el perímetro cercano del exterior el anuncio del inicio del proceso en Delta. A pesar de que el clamor popular había sugerido un cambio en el proceso durante el último año, Teresa se aprovechó de que la situación en la ciudad era cada día más cercana al caos y el miedo reinaba entre los ciudadanos para endurecer no solo las medidas de seguridad sino el proceso de la Academia.

Durante el proceso se realizaba una prueba genética para identificar al porcentaje más puro para ser pensadores entre los candidatos y se descartaba al resto. En la prueba genética controlaba también que todos los candidatos no eran descendientes de pensadores, una prohibición que se impuso en el cincuenta aniversario de la ciudad para garantizar que el Consejo de Pensadores era puro. Una de las medidas junto a la desposesión de todos los bienes privados para que los líderes de la ciudad no se movieran por la codicia.

Entre los descartados se realizaba una segunda prueba bioquímica en la que analizaban los tejidos musculares para decidir si los candidatos eran aptos para poder ser entrenados como buenos militares. Ellos también estaban obligados bajo las restricciones de no tener descendencia o de poseer bienes con el objetivo de que su defensa fuera leal a la ciudad.

Finalmente, la gran mayoría de candidatos de cada generación era destinado a ser artesano. Y a pesar de que también pasaban un año en la Academia, ellos no tenían ninguna prohibición de descendencia o posesión.

Todos ellos pasaban un año en la Academia formándose y preparándose para seguir con su destino. Los artesanos no tenían permitido elegir su destino, sin embargo, existía la posibilidad dentro de la Academia que pensadores y militares alegaran conciencia artesana y por ello fueran destinados directamente artesanos.

Megan se encontraba muy emocionada y no dejaba de mirar con admiración al cuerpo militar, su sueño era ser militar y llegar a convertirse en la responsable de la seguridad del Consejo de Pensadores.

– Mira que clase. Esa quiero ser yo. – dijo Megan señalando a una jefa de patrulla.

Emma seguía pensando en lo que acababa de vivir en su casa. Ella misma dudaba de que los rebeldes hubieran asesinado a sus padres, pues ellos le insinuaron escapar de la ciudad la noche anterior y unirse a ellos.

– Tú vas a ser una gran pensadora. – seguía hablando sola Megan mientras Emma seguía perdida en sus pensamientos. – Haremos una buena pareja. Oye no creo que pase, pero y si alguna de las dos no consigue ser seleccionada, ¿alegamos juntas conciencia artesana?

 La joven aspirante a militar se fijó que Emma ni siquiera estaba prestando atención a la conversación.

– Creo que estoy enamorada de Pol. – probó para ver si conseguía captar la atención de Emma y como esta no reaccionaba decidió darle un golpe en la cabeza.
– Auch! – se quejó Emma tocándose la cabeza
– ¿A ti qué coño te pasa?
– Nada.
– Te digo que me gusta Pol y ni te inmutas.
– ¿Ahora también te gusta Pol? – dijo sorprendida Emma. – Se que tienes fascinación por el cuerpo militar pero no sabía que te iban ellos también.
– Pero como me van a gustar si estoy locamente enamorada de ti.
– ¿Entonces que me estas contando?
– Qué estás muy rara te digo. ¿Discutiste con tus padres? No los veo por aquí.

Emma se quedó congelada con la pregunta, pero poco a poco fue pensando en que decir para que todo pareciera normal.

– No está todo bien. – dijo lentamente. – Solo que estaban entristecidos porque creen que seré una pensadora y tendré que renunciar a ellos.
– ¿Y tú quieres renunciar?
– Anda esta, ¿tú renunciarás a tu familia?
– Ellos ya saben que voy a ser una gran militar para defender a Delta de los rebeldes.
– ¿Y si yo no soy pensadora?
– Pues militar tampoco lo vas a ser, porque siempre has sido una blandengue.

Las dos ríen.

– No enserio, ¿y si renunciamos a todo?
– ¿Tú estás preparada para ser una artesana toda tu vida?
– No joder, ¿y si la vida fuera más sencilla que la que tenemos en Delta?
– ¿Te has levantado rebelde hoy o qué?, venga déjate de tonterías. – Megan zanjó la conversación plantándole un beso a Emma.